El tratamiento láser ofrece la posibilidad de abordar las varículas sin los inconvenientes asociados a los procedimientos quirúrgicos, garantizando al mismo tiempo una eficiencia máxima.
El láser actúa directamente sobre las varículas, contrae los vasos sanguíneos y coagula sin causar daño al tejido circundante.
Este tratamiento abarca diversas afecciones, que incluyen desde pequeñas rojeces en el rostro y arañas vasculares hasta varices gruesas en las extremidades inferiores, así como lesiones vasculares en general.
Los resultados son visibles de manera inmediata después de la primera sesión. Es común experimentar enrojecimiento e inflamación en la zona tratada después del procedimiento, aunque por lo general, estos síntomas no suelen durar más de unos pocos días.
En algunos casos, puede ser necesario realizar más de una sesión para lograr una reducción óptima de las varículas. El plan de tratamiento se personaliza según las necesidades de cada paciente, incluyendo explicaciones detalladas sobre el procedimiento, el tiempo de recuperación, el nivel de comodidad durante el proceso y los resultados esperados.
Antes y después de 4 tratamientos
Cortesía: C. Arroyo, MD
Antes y después de 5 tratamientos
Cortesía: C. Arroyo, MD
Antes y después de 4 tratamientos
Cortesía: C. Arroyo, MD
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