Las lesiones pigmentadas poseen una alta capacidad para absorber la energía emitida por el láser, dado su contenido significativo de pigmento, principalmente melanina. Esta absorción conlleva al calentamiento de la melanina, provocando daño en las células que la contienen. Este proceso es crucial para lograr la eliminación de estas manchas cutáneas.
El procedimiento es perfectamente tolerable. El paciente experimenta ligeras molestias y puede sentir algo de calor en el área tratada, el cual desaparece después de unos minutos. Por lo general, se produce enrojecimiento que suele desvanecerse en unos días. Con el tiempo, la piel tratada se descamará, lo que permite la eliminación de la lesión pigmentada.
Dependiendo del tipo de mancha y la cantidad de sesiones, se puede lograr desde la reducción de la pigmentación en la lesión hasta su eliminación total.
Se observa una mejora general en la piel, tanto en su textura como en su pigmentación y color, al lograr la disminución del pigmento en la piel, lo que ayuda a igualar su tono.
Antes y después de 4 tratamientos
Cortesía: Dr. Luis Felipe Fernandez
Antes y después de 5 tratamientos
Cortesía: Dra. Agustina Segurado
Antes y después de 4 tratamientos
Cortesía: Dra. Agustina Segurado
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